El Cádiz empata a 0 ante un Girona inofensivo

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El Cádiz llegaba a esta jornada con la exigencia de desplegar un fútbol de mayor calidad, sobre todo tras dos partidos en los que los amarillos encajaron cinco goles y no consiguieron anotar ninguno. José Mari y Abdullah, titulares, formaban parte del once ideal de la mayoría de aficionados cadistas, algo que resultó primordial para la buena imagen final de los de Cervera. El Girona, por su parte, acudía a Carranza tras ganar los tres últimos partidos y, además, manteniendo su portería a cero. Pablo Machín se encargó durante la semana de aclarar que era clave esta semana continuar sin encajar goles.

El choque comenzaba con un Cádiz bien plantado en el campo, algo que le servía para recuperar balones lejos de su área y salir rápido por las bandas. El Girona, sin embargo, adolecía las bajas en defensa y en la portería. René, el portero suplente, estuvo a punto de regalar el primer gol local con un error grave a la hora de sacar el balón jugado: Ortuño presionó hasta la extenuación y logró arrebatar la pelota al meta, que después se rehizo para desgracia del ariete murciano.

Poco a poco, José Mari demostraba en la medular la calidad que atesora, en un partido que significaba su debut delante de su nueva afición. El roteño manejó, junto al francés Rafidine Abdullah, la posesión amarilla, ayudados en parte por Rubén Cruz, que pese a actuar de mediapunta bajaba constantemente para dejar sin efecto la presión visitante.

Al cuarto de hora de partido, una jugada rápida de los locales por banda derecha acabó con un centro de Álvaro García que tapó, de manera intencionada, Aday Benítez con la mano. El árbitro señaló córner y la afición cadista estalló contra el colegiado del partido, Guillermo Cuadra Fernández, del Comité Balear. Poco después de la polémica jugada, el cuadro gerundense, aun sin manejar el balón, tuvo la ocasión más clara del partido con un remate al poste de Amagat, que estuvo a punto de aprovechar un error de José Mari en la salida de balón.

Pese a ello, el Cádiz insistió en la idea de juego que tan buenas sensaciones estaba dejando y tras el descanso llegó un aluvión de ocasiones firmadas por Rubén Cruz. La primera, y quizá la más clara, fue tras un robo de Álvaro García, que se hace con el balón tras rebotar en el banderín de córner. El utrerano aprovechó la acción para ponerle al mediapunta amarillo, casualmente también con nacimiento en Utrera, un balón en boca de gol que el 18 cadista remató al centro, atajando René sin demasiadas dificultades.

Los pupilos de Cervera lograban que las posesiones visitantes fueran inertes. Fruto de ello, Pablo Machín optó por realizar dos cambios a la vez, dando entrada a Cristian Herrera y Sandaza y retirando a Portu y Longo. El técnico soriano buscaba de esta forma refrescar las dos posiciones de ataque para crear ocasiones a través de desmarques de ruptura. Pero el plan no funcionó.

El colosal partido de Aridane y las buenas entradas de Sankaré, ambos centrales amarillos, dejaron sin efecto las ideas del entrenador de los gerundenses. Cervera también movió ficha y retiró a Carlos Calvo, una de las sorpresas del once inicial. Aitor García, su sustituto, trató de aprovecharse de su velocidad y efectuó uno de los centros que, de manera clara, remató Rubén Cruz, que remató también desviado un centro de Brian Oliván desde la banda izquierda.

Al final, reparto de puntos que deja al Cádiz en descenso (18º) por primera vez esta temporada, con nueve puntos. Paradójicamente, los de Cervera están a tan solo cuatro puntos del Girona, que continúa sexto en la tabla con 13 puntos tras nueve partidos. Los amarillos competirán la próxima semana en Tenerife, mientras que los de Machín recibirán al Real Oviedo. 

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