OPINIÓN: ¿Sigue ahí el espíritu cineasta?
En estos días han sucedido eventos glamurosos como los Goya, los Grammys o los Oscar, por ejemplo. Los actores, actrices, directores y demás se contonean por una larga alfombra roja con sus mejores galas, o eso es lo que le parece a elles…
Durante la semana parece que no se podía hablar de otra cosa que no fuera de los modelitos de las actrices y actores, incluso dejaron apartado el panorama político actual, algo asombroso, ya que ahora todo el mundo entiende de política. Bueno, volvamos al tema… Como decía, por la alfombra roja iban pasando personaje tras personaje, todes con la carita pintada y muy bien peinades. Todo esto me parece genial, he de decir que no estoy en contra de fardar de vestidos, ni de traje de chaqueta, ni nada de eso, pero de lo que estoy totalmente en desacuerdo son con esos “periodistas” que parece que les han dado el título en la tombola, o los bloggers de moda que hay ahora a patadas, o sencillamente la típica persona aburrida con ganas de tocar la moral y se sienta delante de un teclado sin saber a cuantes les va a desgarrar con sus letras.
Leo revistas como Cuore, InTouch… Ademas de ver publicaciones en blogs y demás. No soy una gran conocedora de la moda, pero si hay algo de lo que si voy aprendiendo y entendiendo es el amor propio y el autoestima y aquí es donde quiero entrar.
Duele mucho, aunque no sea a mí a quien va dirigido, esas críticas y comparaciones que hacen entre diferentes actrices de índole nacional o internacional. ¿Qué necesidad hay de saber quien lleva mejor el vestido de las dos personas? Sinceramente, esas comparaciones no tienen fundamento alguno, aunque siempre estará le típique que diga que le gusta y tal. No todas las personas tienen el mismo cuerpo, ni la misma estructura ni condición física como para que venga una persona y se ponga a desmerecer la forma con la que alguien lleva una prenda, que al fin y al cabo es eso… Ropa, un objeto que no merece mayor importancia.
Pero el problema en realidad viene dado por todas aquellas celebridades que se prestan a esto convirtiendo una gala cinematográfica en un pase de modelos. Aquelles que piensan más en los vestidos que les regalan las firmas para promocionarlas que en sentirse orgulloses de las nominaciones a su película. Se supone que su mayor pasión es el cine, ¿cierto?
Otro tema polémico es el del trazado racista que se ha dado a los Oscar. Se ha desatado esta nueva polémica con motivo del segundo año consecutivo en el que no hay nadie de color nominado al conocido premio. Comienzan a percatarse de la falta de pluralidad de la Academia y lo manifiestan con el hashtag #OscarsStillSoWhite, repitiéndose lo que aconteció el año pasado con #OscarsSoWhite.
La declaración de Lupita Nyong'o cuando recogió la estatuilla fue una reivindicación por los derechos sociales de los negros. En ella decía que “No se me escapa que tanta dicha en mi vida se debe al sufrimiento de otros.” Lupita fue la última persona de color que recogió la estatuilla dorada. Y es que si lo reflejamos en números, en 88 ediciones, tan sólo un 1,5% de les nominades han sido de raza negra, el 12,5% de la población americana.
No digo que los nominados no sean merecedores de la nominación y en el mejor de los casos del Oscar, sino que lo oportuno sería ampliar más el abanico de oportunidades, ya que hay actrices y actores de color extraordinaries a les que no se les da la oportunidad correspondiente.
Desde luego hay latentes muchas más polémicas que envuelven a estos eventos, como las rencillas o el rencor entre actores, pero, ¿se están convirtiendo las diferentes galas en mero politiqueo y pases de modelos o sigue estando presente el espíritu cineasta que solo desea expresar su arte en una secuencia de imágenes? ¿No habría que dejar a un lado temas banales y centrarse en lo realmente importante, el centro de todos estos eventos, el cine?