Paco Ramos: “Lo desconocido siempre genera miedo”
Paco Ramos Torrejón define la literatura como una respuesta del ser humano frente al sufrimiento, y así lo ha representado en su nuevo poemario El aprendizaje del miedo, que verá la luz el próximo diciembre, publicado por la editorial Lápices de Luna. El escritor gaditano dirige actualmente los Talleres de Escritura Creativa de El Fontanero del Mar Ediciones, es organizador del festival poético Versalados, en San Fernando, y las Jam Session Poéticas del Café Gadir, en Madrid. Colabora en diversas revistas literarias, como El ático de los Gatos o Speculum. Además, mantiene una columna de opinión en el diario online Sevilla Actualidad.
Paco, su poemario tiene un título bastante especial: El aprendizaje del miedo, ¿por qué ese título? ¿se puede aprender realmente del miedo?
El miedo es un sentimiento humano como cualquier otro. Hay situaciones que las personas no podemos controlar, que hacen que salgamos de nuestra zona de confort. Lo desconocido siempre genera miedo. El poemario presenta una situación especial, límite, nos sitúa al frente de la enfermedad, el dolor y la muerte, lo que también hace que conectemos con la vida. Se puede aprender mucho del miedo, te enseña a conocerte y a valorar lo que realmente importa.
¿Cuál fue el desencadenante de su nueva obra? ¿Y su proceso de creación?
Todos pasamos por situaciones de dolor. La literatura sirve para comprender e interpretar nuestra propia vida y en procesos dolorosos actúa como un exorcismo del dolor. Buscamos en nuestro interior eso que nos duele y lo sacamos en forma de palabras para interpretarlo, para saber de dónde viene y qué hace ahí, porqué se manifiesta de esa forma ante nosotros. Nos ayuda a reconocerlo y, una vez que lo hemos hecho, naturalizarlo y enfrentarlo. El proceso de creación ha tenido dos fases: la primera del todo inconsciente, donde la obra ni siquiera está concebida como tal sino que lo escrito simplemente es una mera canalización de un proceso doliente. La segunda, cuando me doy cuenta que todo ese vómito presenta una historia que contar. Y entonces me toca depurar, trabajar, dar forma y arquitectura literaria a ese sentimiento del que están hechos los poemas.
Muchos autores confiesan que sus creaciones siempre parten de alguna experiencia ¿Tiene algún tinte autobiográfico su obra?
Evidentemente sí. La narrativa a veces tiende a disimular lo autobiográfico, pero en el caso de la poesía no creo que sea posible hacerlo. Pese a que no cuenta experiencias concretas, en él está el sentimiento que brota de una situación límite que puede ser común a cualquier persona.
La portada de su poemario nos muestra un cangrejo cuanto menos, inquietante ¿tiene algún significado?
Una vez, frente a los resultados de un microscopio, pude observar que los tumores tienen forma de cangrejo. Siendo un poemario en el que se habla de la enfermedad y concretamente del cáncer creo que el cangrejo es un acierto. La portada ha sido obra de la artista María Reyes. No teníamos aún una idea de cuál podría ser la imagen de la cubierta, pero cuando María me enseñó las ilustraciones que había diseñado no dudé ni un segundo de que ese cangrejo debía de ser la imagen.
¿Es la poesía una liberación de los sentimientos más ocultos del alma?
La poesía y la literatura en sí. Sólo que como decía Fernando Quiñones, la poesía es el whisky solo, la expresión más intensa del sentimiento en la literatura.
André Breton define la poesía como un derrumbamiento del intelecto, ¿qué opina usted?
André Breton firmó el manifiesto surrealista y yo me considero completamente realista, por lo que opino, también aquí, todo lo contrario a Breton. Creo que más que derrumbamiento es la construcción del intelecto. Como decía antes, si la poesía sirve para interpretar nuestra propia vida de esa interpretación debe nacer una vida intelectualmente más consciente y más plena.
¿Tiene referentes en su obra?
En El aprendizaje del miedo, en concreto, hay tres grandes referentes. Cuando empezó el proceso consciente de creación del libro quise fijarme en diferentes poetas que hubieran escrito poemarios sobre la enfermedad y la muerte haciendo uso del verso libre y de esa manera captar el propio ritmo que yo quería darle a mis poemas. De todo lo que leí, lo que más acorde sentí fueron Algo sobre la muerte del mayor Sabines, de Jaime Sabines, Tara, de Elena Medel y Los estómagos, de Luna Miguel. También de alguna forma muchos algunos poemas de Felipe Benítez Reyes, de uno de sus versos, “el miedo no quiere aprendizaje”, surgió el título del poemario.
¿En qué momento de su carrera cree que se encuentra?
Una vez me dijo Andrés Neuman que escribir es un eterno principio. Así que estoy en el comienzo y ahí es donde quiero seguir estando por pensar que nunca quiero dejar de aprender.
Paco, usted es conocido por sus novelas y relatos, ¿cómo surgió la poesía? ¿En qué momento llegó a su vida?
La poesía siempre ha estado en mi vida, incluso cuando publicaba narrativa también escribía poesía, pero por suerte eran unos poemas que jamás salieron de mis cajones. Me daba mucho respeto la poesía, consideraba que tenía mucho que aprender, sobre todo en cuestiones de técnica, de ritmo y del uso y manejo del verso libre. Aún le sigo teniendo respeto, muchísimo, pero considero que el trabajo ya es más fino.
¿Qué opinión le merece el mercado editorial en estos momentos? ¿Y la "nueva poesía" que está surgiendo?
El mercado editorial es eso, un mercado, un negocio que como tal tiene que tener beneficios para poder existir. Eso hace que a veces la balanza entre calidad y ventas se desnivele un poco. Eso unido a que el gran mercado editorial también está copado por las grandes cepas de poder hace que a menudo interese cierto tipo de lecturas que obligan a la gente a no pensar sin ser consciente o siendo conscientes, en el peor de los casos, del retroceso que suponen ciertas publicaciones. Rosa Montero decía hace poco en un artículo que en una reciente encuesta del CIS el 32% de las jóvenes de entre 15 y 29 años considera aceptable que su pareja las controle. Efectivamente, igual que hay libros que provocan despertares en la conciencia social y fomentan los valores y las revoluciones en igualdad de derechos, hay otros que provocan el efecto contrario. Hay que ser muy cuidadosos al respecto. “La poesía es un arma cargada de futuro”, decía Gabriel Celaya, pero también sabemos lo que pueden llegar a hacer las armas cuando caen en malas manos. Respecto a la nueva poesía, es verdad que hay un gran auge entre los jóvenes sobre este género y está habiendo un repunte en la gente que lee poesía y se acerca a presenciar y participar en recitales y Jam Sessions. Lo único que espero es que profundicen, que no se queden simplemente en la superficie.
¿Qué supone para usted la publicación de este poemario?
Un homenaje. Un acto de amor a la persona más importante de mi vida.