Los penaltis apagan un incendio en el Benito Villamarín
MIGUEL RUIZ/
El pase a dieciseisavos de final de la Copa y la posibilidad de medirse a un equipo de Primera División es la única noticia positiva que la afición bética puede sacar del enfrentamiento ante el Lugo. Como viene siendo la tónica habitual en este inicio liguero, el Betis sigue echando en falta la presencia de un centrocampista que organice el juego de ataque y se encargue de dar el último pase a los delanteros. Y aún hay algo más preocupante, y es la falta de gol del equipo en los últimos tres partidos.
Ni Rubén Castro, el salvador ante Numancia, Girona y Mirandés en liga, ni Jorge Molina, que volvía a jugar de inicio, ni Vincenzo Renella, al que Velázquez le ha dado más protagonismo en estos últimos encuentros, han conseguido batir al guardameta rival. En 180 minutos el Betis no ha marcado ni un sólo gol, y después de tres empates consecutivos, el crédito de Julio Velázquez comienza a acabarse.
Precisamente el entrenador verdiblanco fue el gran protagonista en el inicio del partido, ya que puso sobre el campo un esquema de juego novedoso (5-3-2). Pero ni el estilo que el técnico salmantino implantó en el Real Murcia la pasada temporada sirvió al cuadro heliopolitano para crear peligro en la primera mitad, donde una combinación entre Rubén Castro y Jorge Molina con una posterior parada de Dani Mallo y un remate al larguero del canterano Dani Ceballos fue lo más destacado en los locales, ante un Lugo muy ordenado y bien replegado.
Tras el descanso, la situación cambió de manera radical. Después de una primera parte con dominio verdiblanco, el equipo de Quique Setién comenzó a soltarse y a mover el balón frente a la pasividad de los jugadores béticos. Sólo dos lanzamientos sin peligro de Rubén Castro fue el pobre bagaje del Betis en estos segundos cuarenta y cinco minutos, en los que Dani Giménez acabó convirtiéndose en la gran estrella, ya que paró un remate a bocajarro del central Jon García en el tiempo de prolongación. El partido se iba a la prórroga y el público despedía a sus jugadores con una sonora pitada.
La prórroga fue un calco de la segunda parte. El Lugo crecía y el Betis parecía fundido, no solo físicamente, sino también mentalmente. Con la entrada de Iriome, todo potencia y despliegue ofensivo por la banda, el conjunto visitante tuvo sus mejores ocasiones. Primero fue Ferreiro el que se topó con el guardameta bético, y después Lolo Pla, quien no precisó un cabezazo cuando se encontraba sólo frente a Dani Giménez.
En los últimos quince minutos de la prórroga el juego se igualó más y el cuadro lucense comenzó a ver con buenos ojos que el partido se decidiera desde los once metros. Sin embargo, el Betis no supo aprovechar el repliegue del equipo de Quique Setién para conseguir el gol de la victoria y el encuentro se marchó a la tanda de penaltis.
Después de un cien por cien de efectividad en los cuatro primeros lanzamientos por parte de ambos equipos, el centrocampista navarro David López, ex jugador del Athletic Club, mandó su disparo muy por encima de la portería y dejó toda la responsabilidad en las botas de Álvaro Cejudo. El extremo, que inició el partido en el banquillo, no se puso nervioso y clasificó al Betis a la ronda de dieciseisavos de final del torneo del KO. El equipo de Julio Velázquez conocerá mañana a su próximo rival tras el sorteo que se celebrará en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas.