Un asesinato “real”

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Jamal Ahmad Khashoggifue un periodista saudí y columnista de opinión de The Washington Post, ​ autor y exdirector general y redactor jefe del canal de noticias Al-Arab News Channel.​ También trabajó como redactor del periódico saudí Al Watan, convirtiéndolo en una plataforma para los progresistas saudíes.​

Tuvo que exiliarse en varias ocasiones por las críticas que hacia la familia real e Ibn Taymiyya, padre del wahabismo (ideología dominante en Arabia Saudí, a la que denuncian como “una fuente de terrorismo global” por alentar el terrorismo islámico): “en los gobiernos árabes cuya existencia se basa en el control de la información, arrestando a reporteros locales y presionando a los anunciantes para que dañen los ingresos de publicaciones específicas. Los árabes o no reciben información o están mal informados. No pueden abordar adecuadamente y mucho menos debatir en público, las cuestiones que afectan a la región y a su vida diaria” podemos leer en su última colaboración en el Washington Post, Lo que el mundo árabe necesita es más libertad de expresión.

Era consciente del malestar que generaban sus palabras dentro del régimen de su país por la información privilegiada a la que tuvo acceso por ser ayudante cercano del antiguo jefe de inteligencia saudí.

Jamal Khasoggi desapareció el 2 de octubre en la embajada de Arabia Saudí en Estambul (Turquía) cuando fue a recoger unos documentos para su boda. Ya podemos confirmar que fue asesinado; todo apunta a que dentro del consulado y a manos de agentes saudíes. Por las grabaciones que hay del momento se piensa que todo ocurrió en 7 minutos.

Según el New York Times, quince agentes con lazos con el príncipe saudí Mohamed Bin Salman, entraron en Turquía ese mismo día. Algunos lo hicieron en vuelos comerciales y otros en jet privados. Se sabe por las cámaras de seguridad que también abandonaron el país el mismo día.

Conocimos la desaparición del periodista porque dos días más tarde, el 4 de octubre, su columna en el Washington Post apareció en blanco con una aclaración: “aquí deberían aparecer las palabras del periodista Jamal Khashoggi de quien no se sabe nada desde que entró en el consulado saudí en Estambul”.

Como era de esperar esto ha desencadenado una crisis diplomática con Arabia Saudí. Las versiones que han ido dando desde Riad para aclarar este grave asesinato no han convencido a nadie y cambian constantemente:

  • Primero dijeron que Khashoggi había salido de la embajada por su propio pie solo unos minutos después de entrar. Según una exclusiva de la cadena CNN, uno de los hombres que viajaron especialmente a Turquía para asesinar a Khashoggi salió del consulado disfrazado con la misma ropa que llevaba el periodista y una barba postiza para simular que había salido por una puerta trasera.
  • Después dijeron que había muerto en una pelea en el consulado con unas personas que se había encontrado allí.
  • El sábado, volvieron a cambiar la versión y se acogieron a un secuestro de la mano de 18 saudíes indicando que la muerte se produjo por un estrangulamiento por querer mantenerlo callado.
  • Finalmente, el ministro de asuntos exteriores en su última aparición pública, en la cadena norteamericana FOX, se refirió al acontecimiento como un asesinato. Ha sido la primera vez que no se referían a una muerte accidental y dijo que “nunca tendría que haber ocurrido”.

Pero, ¿qué pasó realmente en la embajada? Según las informaciones e informes de los investigadores turcos, Jamal Khashoggi fue drogado en un despacho, lo arrastraron hasta un estudio contiguo. Le arrancaron los dedos de las manos mientras seguía vivo y luego lo decapitaron para después desmembrarlo sobre el escritorio. Todo esto en 7 minutos.

Esto no hubiera podido haberse llevado a cabo sin el forense Salah Al Tubaigy. Ha sido identificado como uno de los quince hombres presentes en ese momento en el consulado y que habría transportado una sierra mecánica para cortar huesos cuando entró y salió de Estambul, según ha informado la cadena local de ABC. Esto desmiente la versión que decía que había sido un exceso involuntario durante un interrogatorio. Además, la inteligencia turca dispone de unas grabaciones que fueron tomadas dentro del consulado donde se escucha al cónsul (todo en árabe) Mohamed Al Otaibi que lo hicieran fuera porque lo iban a meter en “un lío”. La calidad del sonido es deficiente pero en ellas pueden escucharse golpes y gritos además del forense pidiendo que “se pusieran unos cascos y escucharan música” mientras sucedía todo.

La búsqueda de los restos se ha ampliado hacia un bosque de Belgrado muy poco transitado y a la provincia de Yalova, a 100 km de la capital de Turquía; ante la posibilidad de que vehículos del consulado se hubiesen adentrado en esta área. También se ha registrado el consulado, donde los investigadores han encontrados indicios de que el crimen se llevó a cabo allí a pesar de que estaba todo limpio y recién pintado; y la casa del cónsul, que según fuentes contactadas por Sky News, restos del cadáver del periodista, con el "rostro desfigurado", fueron encontrados en los jardines del domicilio, donde los forenses realizaron una larga revisión. El diplomático saudí salió del país pocas horas después de que se autorizara el allanamiento.

Desde Riad tratan de convencer a la comunidad internacional de que el príncipe heredero Mohamed Bin Salman (MBS) no tuvo nada que ver y que los posibles implicados actuaron totalmente por libre; además han manifestado que ya están detenidos y pagarán “sean quienes sean”. Aunque obviamente su imagen se ha visto salpicada porque todas las pruebas apuntan a él. Por el momento, no ha hecho declaraciones pero sí ha llamado al hijo de la víctima para mostrarle sus condolencias como pudimos saber ayer en El Intermedio.

La presión internacional por esclarecer los hechos no deja de aumentar y ha llevado a Francia, Alemania y Reino Unido a emitir un comunicado conjunto en el que piden a Riad una explicación “creíble, exhaustiva y transparente” sobre los hechos. Incluso Alemania ha ido más allá y ha dejado de vender armas a Arabia Saudí, pidiendo a sus socios europeos que se unan a estas medidas para presionar conjuntamente.

¿Y España? Ni se suma a la paralización de la venta de armas ni firma el comunicado conjunto. Tan solo desde el Ministerio de Asuntos Exteriores se han puesto en contacto con familiares y amigos del periodista para mostrarle sus condolencias. Esta misma mañana, Pedro Sánchez ha defendido en el pleno del Congreso de los Diputados la posición del Ejecutivo sobre la venta de armas de Arabia Saudí porque su cancelación habría supuesto la suspensión del contrato de Navantia en San Fernando (Cádiz) por 1.800 millones de euros.

Este pasado lunes, en el programa de El Intermedio hicieron una entrevista a Samin Air, experto en el mundo árabe, donde le formularon varias preguntas sobre el tema que aportan bastante claridad en cuanto al final de todo el asunto. Cuando Gonzo, periodista de El intermedio, le preguntó sobre si algún día conoceríamos toda la verdad él constestó con firmeza que no, “finalmente habrá un concenso entre países para no ir más lejos porque ninguno tiene interés en profundizar sobre el tema, ya que no quieren ningún tipo de enfrentamiento”. Es obvio el gran peso que tiene este país a nivel mundial, de tal forma que el entrevistado divide en tres partes muy importantes dicho peso: “Primero como potencia energética, el petróleo, porque es la primera reserva del mundo; después por la potencia política que supone, es el centro de todos los países árabes; y tercero, por el peso financiero y  la capacidad de inversión en todo el planeta”.

También le preguntaron sobre los países que piden transparencia pero que, a pesar de ello, mantendrán los contratos con Arabia Saudí, contestando con rotundidad: “Es un acto de hipocresía pero a la vez mantienen los intereses económicos del país. Sin un acuerdo internacional que lo abarque todo, no se le puede hacer frente. Alemania no es el país que venda más armas, por lo tanto tomar esta alternativa no le afecta enormemente como sí ocurriría con Francia o EEUU.” Finalmente, concluye: “El precio que debería pagar Arabia Saudí no tendrá compensación en cuanto a la vida del periodista Jamal Khashoggi; aunque sí podemos dar por sabido mundialmente que dentro del estado saudí hay criminales y se comenten actos que van totalmente en contra de los derechos humanos.”

Había una gran expectación hoy martes por la comparecencia del presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, y según hemos podido saber por la cadena SER, ha afirmado que el asesinado de Khashoggi “fue planificado” añadiendo que “pudo cometerse en el consulado, que a pesar de ser territorio saudí, no puede ser ocultado por la inmnunidad diplomática”.

Además siguen habiendo interrogantes: ¿por qué se formó ese grupo de quince personas?, ¿quién dio la orden?, ¿dónde está el cuerpo? ¿Y la identidad del “colaborador local” al que se lo entregaron? Aunque sí ha hecho una petición especial al rey Salman, de cuya sinceridad no duda para que permita que los 18 detenidos sean juzgados en Turquía, donde ocurrió todo, “es su prerrogativa”.

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