Constantino Martínez-Orts: “la música clásica mola”

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Una cola de 300 metros (muy bien gestionada) a media hora de empezar era la fotografía que nos dejaba el viernes noche FIBESEl culpable: Constantino Martínez-Orts con su Film Symphony Orchestra (FSO), especializada, como su nombre indica, en música sinfónica del mundo cinematográfico. Sin embargo, en esta ocasión nos traía un espectáculo especial, un homenaje a John Williams, en un repertorio repartido en dos programas, uno el viernes y otro el 22 de marzo del próximo año. 

Un día antes, Constantino, creador y director de la misma, ofrecía a EUSA NEWS una entrevista en exclusiva, en la que nos muestra el interior y espíritu de su hijo, la FSO . A sus 41 años de edad el valenciano tiene a su espalda una prominente carrera, tanto de docente, siendo profesor del Máster de Film Scoring del Berklee College of Music en Valencia, como de director, habiendo dirigido a 7 orquestas sinfónicas, entre ellas The BBC Symphony Orchestra. Asimismo, destaca como compositor, habiendo creado tanto la banda musical de Dreams & Desires (Joanna Quinn), como la música de la 31ª edición de los Premios Goya.

En 2011, sin embargo, decidió darle una vuelta a lo que se venía haciendo en el mundo sinfónico creando la Film Symphony Orchestra, la protagonista de la noche. La decisión vino marcada por "una serie de varios factores". El primero fue su "dirección biomarcada" pues desde pequeño le apasiona el cine, de ahí que se especializase en composición cinematográfica por el Royal College of Music en Londres. El segundo fue querer salir del prototipo típico de espectador de música clásica, queriendo acercar esta música que "mola", tal y como afirma, a un público más joven.

Por otro lado, durante sus años fuera formándose y trabajando, Constantino se vio deslumbrado por la forma en la que otras orquestas trataban la música del cine, ya que en España se veía "de una manera descuidada" como si fuese un volo, siendo "una música de segundo orden" o "la hermana pequeña de la música clásica". 

El resultado de estas circunstancias fue un proyecto nuevo en el que el corazón era, precisamente, la música de cine, pero alejado de "chorradas, rigores y corsees absurdos anacrónicos".

Con esta premisa parte la idea que configura su espectáculo: el abandonar los cánones clásicos. No es de extrañar, por lo tanto, que le encontremos en el escenario llevando una levita, que recuerda la utilizada por Neo en Matrix; que los arcos de los instrumentos de sus músicos se iluminen pareciendo espadas jedi; o que incluya cañones de humo o elementos visuales.

No obstante, lo más característico del espectáculo son las introducciones previas que él mismo da a los temas, pues Constantino, al venir del mundo de la docencia, tiene claro que "el conocimiento ayuda a disfrutar más de las cosas". De esta forma, consigue que se produzca una escucha más activa y que los espectadores se introduzcan más en la historia, teniendo una "experiencia inmersiva".

En este punto, puede parecer que el producto que ofrece carece de rigor. Sin embargo, es todo lo contrario, pues la FSO pretende derribar las barreras y prejuicios que hay entorno a la música clásica ofreciendo un producto de la más alta calidad y profesionalidad, tal y como explica su creador. Por este motivo, a la hora de seleccionar a los músicos que la compondrán -nada menos que 100 personas-, elige a sinfónicos que trasmitan emoción, que tengan un indiscutible "mimo y respeto por la música de cine", pero que también sean "excelentes técnica y artísticamente y sin prejuicios"

El ganador de 5 oscars y 51 nominaciones, John Williams, fue la figura entorno a la que se articuló la séptima gira nacional de la FSO. Constantino es fiel seguidor del compositor y se declara "un afortunado de poder dirigir esta música", significando una suerte y disfrutando todos los momentos que esto conlleva.

Para él, es muy complicado elegir un tema entre el inmenso abanico que proporciona Williams, el cual, tal y como indica Constantino, "se ha hecho sombra a si mismo". De todas formas, si tiene que señalar algún tema sería el de ET, pues fue este el que hizo surgir su amor por la música. No obstante, teniendo en cuenta el repertorio de esta gira, la partitura que más le emociona es la de Nacido el cuatro de julio

Aunque a día de hoy siga teniendo problemas y dificultades para llevar esta iniciativa a los distintos auditorios del panorama nacional, su éxito es innegable. Concierto tras concierto los carteles de agotado se cuelgan, consiguiendo, tal y como él pretende, un público de todo tipo, desde ancianos hasta niños. Y esto se confirma al encontrarnos con su séptima gira nacional y al ver como hay otros proyectos que copian su idea, lo cual para él resulta algo positivo pues hace ver que la FSO "funciona y suscita interés".

Lo cierto es que al finalizar su actuación el viernes, el público hispalense salió eufórico y con ganas de más, aún a pesar de haber estado casi tres horas, y haber tenido varios bises, viajando por los diferentes mundos musicales que Williams brinda. Los que se quedaron con ganas de más tendrán que esperar al 22 de marzo para poder volver a degustar este espectáculo, pero con un repertorio distinto, de la mano del director Constantino Martínez-Orts.

 

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