Aracena: un paraíso para los más ibéricos

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El verano ya ha quedado atrás y con él las playas, las sardinas en el chiringuito y los granizados a media tarde, pero eso no significa que se acabe la diversión. En otoño se pueden sustituir las sardinas por un buen jamón, las tapas de camarones por las de frutos secos y los granizados por el chocolate caliente. Además, en esta estación la naturaleza pone todo de su parte para poder disfrutarla y qué mejor lugar para hacerlo que en Aracena, municipio del norte de la provincia de Huelva que esconde grandes tesoros tanto para el paladar como para la vista. 
 
Este pueblo de 8.048 habitantes se encuentra en el corazón del Parque Natural Sierra de Aracena, junto a los Picos de Aroche. Pasear por sus calles o perderse entre la naturaleza de Aracena ya es un privilegio, sobre todo en esta época del año, pero si se necesita alguna excusa más para visitar este encantador municipio, durante los dos últimos fines de semana del mes de octubre se celebra la Feria Regional del Jamón y del Cerdo Ibérico, un acontecimiento que cuenta ya con 23 ediciones
 
Los empresarios de la zona aprovechan este espacio como un gran escaparate para darse a conocer y mostrar sus artículos a los miles de visitantes que pasan por el recinto durante los dos fines de semana. El protagonista del evento es el jamón, pero en él también se pueden encontrar una amplia variedad de productos de la sierra. 
 
El evento se ubica en el recinto ferial, donde nada más acercarse se puede apreciar el olor a butifarra y a castañas asadas de los puestecitos que se sitúan alrededor. La feria se divide en cuatro estancias, siendo el Pabellón Ferial de Aracena el entorno clave del evento, un espacio convertido en todo un templo para los amantes del jamón y de los derivados ibéricos. 

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Catorce empresas cárnicas se ubican entre los más de veintiséis estands que ocupan este amplio pabellón. Entre ellos se encuentra el de Juan López, uno de los estands más pequeños de la feria, pero no por ello menos completo. En su expositor se hallan quesos, morcillas, chorizos, salchichones, cañas de lomo y en el fondo lo que no puede faltar, paletas y jamones. Juan lleva siete años montando este puesto en la Feria del Jamón, aunque este año tiene un gran motivo para hacerlo ya que el próximo 2 de enero abrirá su primera tienda física en pleno centro de Aracena y, según declara, “esta es una buena exposición para ir haciendo clientela”. 
 
Un poco más adelante se encuentra el estand de José Carmena, más amplio que el de Juan e igualmente repleto de productos. Juan es de Cáceres y, además de llevar cinco años acudiendo a la Feria del Jamón de Aracena, recorre toda España en busca de eventos como este para dar a conocer sus embutidos. Entre los ibéricos de su expositor se encuentra todo un clásico, el bocata de jamón, una opción económica y apetecible que se adapta al bolsillo de todos los visitantes. 

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Un chorizo para los niños 
 
Al continuar la visita llama la atención un numeroso grupo de personas que observa detenidamente en una de las esquinas del pabellón. Cuesta hacerse hueco entre la multitud para averiguar qué suscita tanta expectación, pero finalmente se consigue ver a cuatro mujeres alrededor de una embutidora de madera antigua rellenando chorizos, ellas son María Luisa, Pepi y las hijas de ambas. 
 
María Luisa tiene 67 años y lleva más de 50 como gandinguera. Sin dejar de mirar el recipiente en el que amasa la carne con la que más tarde rellenará los chorizos, narra que quien la introdujo en este oficio fue su marido: “en mi familia esto no se hacía, pero en la familia de mi marido sí y desde que nos casamos lo hago, aunque la verdadera gandinguera era mi cuñada. Ella fue la primera en hacer esto en la Feria del Jamón y, como ya ha fallecido, nos ha dejado a nosotras”. 

 
Según explica María Luisa, este “espectáculo cárnico” organizado por el Ayuntamiento se lleva celebrando desde la primera edición de la feria y “cada año tiene más éxito”. La exposición, que comienza a las doce de la mañana y finaliza cuando se haya agotado la carne, tiene el objetivo de darle un chorizo a cada niño que pase, “que no son los niños, son los mayores los que pasan”, apunta con una sonrisa. Para ello cuentan con una azafata encargada de dar el obsequio, mientras que dos mujeres están en la máquina preparando el embutido y otra que se dedica a amasar. 

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María Luisa nació en Aracena y asegura que el municipio está viviendo un auge en los últimos años con respecto a los visitantes que se acercan a conocerlo, siendo los eventos que se celebran en él uno de los mayores reclamos para los turistas: “Ahora es la Feria del Jamón, pero en diciembre, en el puente de la Inmaculada, se celebra en este mismo lugar la Feria del Queso, un evento que organiza el Ayuntamiento para recaudar fondos que destinan a obras sociales como Ibermed”, explica. 
 
Con uno de sus nietos abrazado a su cintura, María Luisa manifiesta con nostalgia que dentro de unos años serán sus hijas las que heredarán su lugar y el de su amiga Pepi en la feria porque ellas “ya están mayores”. Sin embargo, asegura que en la próxima Feria del Queso dejará la máquina embutidora para meterse en la cocina de uno de los chiringuitos, “yo siempre con las manos en la masa”, dice riendo mientras termina de amasar la carne. 
 
El estand más amplio de la feria 
 
La visita continúa y con ella más estands de venta y degustación de productos, pero hay uno que resalta por encima de los demás. En el centro del recinto, con una impresionante estantería de la que cuelgan centenares de jamones y paletas ibéricas, se encuentra el estand de Ibéricos Vázquez, una empresa con más de tres generaciones al frente. Su expositor, además de tener una amplia barra con platos llenos de embutidos, cuenta con cuatro cortadores de jamón sobre una tarima que captan la atención de todos los visitantes que pasan por delante. 
 
Detrás de la barra se encuentra Ana Vázquez, nieta del fundador de esta empresa que con voz ronca y cara pálida se esconde tras una columna para comer un poco y beber agua. “Ayer no pude ni parar para comer y hoy no estoy dispuesta a quedarme en ayunas de nuevo”, dice sujetando un trozo de queso y un poco agobiada por la afluencia de gente que espera alrededor de la barra. 
 
Ibéricos Vázquez lleva acudiendo a esta feria desde su primera edición y, según expresa Ana, “todos los años viene muchísima gente, por eso los que estamos en la feria intentamos mejorar cada vez más”. Veinte camareros trabajan más de diez horas diarias detrás de la barra para ofrecer al público “una gran variedad de surtidos ibéricos y el producto estrella, el jamón”. 
 
Además, cuentan con diez cortadores de jamón, algunos de ellos ganadores de concursos nacionales e internacionales, que se van rotando para “ofrecer un producto fresco y recién cortado”. Los precios promocionales oscilan entre los ocho y diez euros por plato, dependiendo de la calidad y las preferencias de los consumidores. 
 
La VI Ruta de Tapa Ibérica
 
Ana explica que la cantidad de público que atrae la feria también influye al resto de comercios y hosteleros aracenenses, consiguiendo que durante el evento sus establecimientos estén al máximo de su capacidad. Además, en esta ocasión la Feria del Jamón ha coincidido con la VI Ruta de la Tapa Ibérica, una actividad que durará hasta el 5 de noviembre y que consiste en realizar un recorrido por catorce establecimientos de Aracena para probar su tapa especial de la carta, la cual tiene un coste de tres euros. Para demostrar el recorrido, los visitantes tendrán que ir sellando una tarjeta que una vez completada les dará derecho a participar en el sorteo de un jamón y una estancia de una noche en un hotel del municipio. 
 
Para completar el viaje, Ana anima a que los visitantes realicen también la Ruta del Cerdo Ibérico organizada por Ibéricos Vázquez. Esta excursión, según explica, “comienza a las diez de la mañana con un sendero de dos kilómetros y medio por la dehesa en la que los visitantes tienen la oportunidad tocar sus plantas y ver los cerdos e incluso echarles de comer”. Tras el paseo, la visita continúa en la fábrica de embutidos y jamones, donde al finalizar se realiza una degustación de los productos. “El objetivo de la ruta es desarrollar un recorrido completo por la vida del cerdo ibérico, desde que está en el campo hasta que llega al plato”, añade antes de continuar sirviendo a los clientes.
 
Actividades de la feria
 
Una vez recorridos todos los expositores, antes de abandonar el pabellón los visitantes pueden inscribirse en el concurso “Tu peso en jamón”, un sorteo en el que el ganador puede llevarse en kilos de jamón su peso corporal. Esta es solo una de las actividades que se realizan durante la feria, ya que según Carmen, una vecina de Aracena, durante los cuatro días del evento se puede disfrutar de actuaciones musicales y de actos tan tradicionales como la demostración del despiece del cerdo, la Gala del Jamón y el concurso de cortadores. Además, una de las novedades de este año es el showcooking a cargo de tres establecimientos de la zona.
 
Los demás espacios de la feria  
 
La siguiente parada es en la carpa exterior donde se pueden adquirir y degustar una amplia variedad de artículos de la sierra. Los productos estrella de esta carpa son las setas, ya sean frescas, deshidratadas, en conserva o incluso en paté, y los quesos. Asimismo, se pueden encontrar cervezas artesanales, dulces, encurtidos, bebidas destiladas e incluso utensilios de cocina, todo elaborado con productos de la zona. 
 
Tras haber reposado el jamón y haber realizado algunas compras la visita continúa en otra carpa donde se ubican varios chiringuitos y un espacio con sillas y mesas para descansar. En una de las mesas están Charo y Paqui, dos amigas sevillanas que han acudido a la feria en una excursión organizada. Charo aclara que hacía varios años que no asistía, aunque antes no se la perdía nunca: “me encanta esta feria, el ambiente es estupendo”. Junto a ellas hay varias bolsas con chorizos, morcillas, quesos, panceta, pan… “De todo lo que no se debe comprar”, dicen ambas riendo y aseguran que el próximo año volverán de nuevo, “ya sea en una excursión o solas”. 
 
En otra de las mesas está Rafael, un aracenense que disfruta de la feria con su mujer y un grupo de amigos. Rafael explica que lleva acudiendo a la feria desde la primera edición y, a pesar de la gran afluencia de público que hay en el evento, asegura que en esta edición ha habido menos público que en las anteriores. “Este año está más cortito de visitantes debido a la inclemencia del tiempo, aquella parte de allí siempre se pone a tope y hoy no hay demasiada gente”, dice señalando a otra de las carpas. Sin embargo, bromea diciendo: “estamos los que tenemos que estar”, y aunque en su mesa hay multitud de platos y vasos vacíos, asevera que aún estarán un rato más en la feria, “todavía quedan los cubatitas”, añade mirando pícaramente a su mujer. 

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Un paseo por Aracena
 
Al culminar la visita a la feria toca dirigirse al centro del pueblo para dar un paseo. Los orígenes de Aracena se remontan a la prehistoria, algo que se puede apreciar en el gran patrimonio que guardan sus calles y motivo por el que desde 1956 es considerada ciudad de interés turístico. La Gruta de las Maravillas, el Castillo de Aracena, el Museo del Jamón, la Iglesia de la Asunción o el antiguo lavadero Fuente del Concejo son paradas obligatorias para todo aquél que se acerque a conocer este municipio, aunque solo con caminar por sus calles adoquinadas se puede apreciar que cada rincón de Aracena es un monumento en sí mismo

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El sol comienza a ponerse tras los montes verdes de la sierra, todo un espectáculo para la vista que recuerda que ya es hora de marcharse. Aunque la Feria del Jamón ya ha finalizado, todos aquellos que no hayan tenido la oportunidad de acudir aún tienen un largo puente por delante para realizar la Ruta de la Tapa Ibérica, aunque todo aquél que se acerque a conocer Aracena se dará cuenta de que no hacen falta excusas para pasar un día de otoño en este paraíso natural
 

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